Introducción

El 2023, año en el que se publica la actualización del Plan de Desarrollo del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas (CUCEA) 2019-2025, es un periodo fundamental para la educación superior, pues, tal y como se determinó en la última Conferencia Mundial de Educación Superior de la UNESCO de mayo de 2022, el mundo se encuentra en reconstrucción educativa con la intención de mitigar o atenuar los primeros impactos que la pandemia de COVID-19 legó a la humanidad.

Continuamos con el tránsito hacia la Sociedad del Aprendizaje (Stiglitz, 2014) que reta a los sistemas educativos a recuperar los aprendizajes y al desarrollo de las habilidades y competencias que permitan que las y los jóvenes sean seres humanos plenos; además, la consecuente profundización de la globalización del conocimiento, de la cultura, de la producción y del comercio, están generando efectos importantes en la manera en la que los jóvenes acceden a la información, la transforman en aprendizajes e innovan en su realidad cotidiana.

El empleo del futuro es otro de los desafíos globales. La educación superior es clave para proporcionar los aprendizajes, las competencias, las habilidades y las destrezas para que las personas se desempeñen, con éxito, en los mercados de trabajo que aún no existen. Estos empleos demandarán una sólida formación cognitiva, flexibilidad y gran capacidad de adaptabilidad a cambios veloces, en contraste con las labores manuales del mundo industrial del pasado reciente que observan una tendencia a desaparecer al ser sustituidos por la automatización, la robotización y la emergencia de la inteligencia artificial.

El CUCEA y la Universidad de Guadalajara (UdeG), en este contexto, enfrentan desafíos de la mayor envergadura para mantenerse como referente nacional e internacional en materia de educación superior, posgrado e investigación. Hay claridad acerca de la necesidad de impulsar la evolución de nuestra Casa de Estudios. Entendemos que mantener las cosas en el estado actual no es lo indicado para enfrentar el nuevo contexto global en relación al acceso y al estado del conocimiento, de la concepción del aprendizaje, de los métodos de enseñanza y del mundo del trabajo. Entonces: ¿hacia dónde queremos dirigirnos?, ¿cómo construimos la imagen de futuro? y ¿cómo tenemos que gestionar estratégicamente esta evolución?

La actualización de este Plan trata de dar respuesta a esas preguntas que nos formulamos para guiarnos en su formulación y supone una serie de acontecimientos dirigida, secuencial e intencionada que permitirá generar las condiciones, necesarias y suficientes, para llevar a nuestro Centro al punto que definimos de manera colectiva todos los miembros de la comunidad universitaria y de la sociedad. Ese punto es nuestra teoría de cambio, es decir, la imagen objetivo que guiará, con evidencia y argumentos, el tránsito de un estado o situación de las cosas hacia otro.

Uno de los principios que orientan esta formulación es que se trata de un proceso de ideas que de manera anticipatoria se dirigen a lograr, a través de la operacionalización de los programas institucionales, la consecución de los propósitos sustantivos y, por tanto, el logro de los objetivos y metas establecidas tomando en cuenta las capacidades institucionales, las posibilidades reales y los recursos con los que contamos en el presente y potencialmente.

Nuestro Plan se articula, desde luego, con la Agenda Estratégica Participativa CUCEA 2022-2025, por lo que se propone un equilibrio entre los fines, los métodos y los medios en perspectiva de los objetivos identificados. Esto nos obligó a realizar los ajustes necesarios para mantener valoraciones realistas acerca de su avance y alcance.

El concurso y asociación con la sociedad en general, con los mercados de trabajo y con las organizaciones gubernamentales de los tres órdenes de gobierno, en apego a los marcos normativos correspondientes, también se consideró y está presente en el diseño, implementación y seguimiento de los programas. Además, colocamos a las y a los jóvenes en el núcleo de nuestras acciones, para refrendar el compromiso con la excelencia académica en pro de construir un mejor futuro para todas y para todos.

Así, el Plan se estructura con once secciones. Después de esta introducción se presenta la Misión y Visión al 2030 en las que establecemos el que como resultado en prospectiva y el cómo/acción para construirlo y lograr el resultado que deseamos como comunidad universitaria. Luego, para responder a la pregunta ¿hacia dónde queremos dirigirnos? Definimos los propósitos sustantivos y posteriormente, a manera de breve diagnóstico estratégico, se indican cuáles son las problemáticas que, en correspondencia, identificamos. Esto nos permite establecer con claridad cuál será el punto “cero” y el de llegada para el CUCEA en los próximos años, es decir, la imagen de futuro.

En las siguientes secciones se encuentran los programas institucionales, la contribución del Centro Universitario y los proyectos estratégicos que, en conjunto, dan respuesta al cómo tenemos que gestionar estratégicamente la evolución. Para ello presentamos cuáles serán los objetivos y las metas de los programas y proyectos que implementaremos, así como la manera en la que se articulan, alinean y aportan a la gestión universitaria central. Hacia el final se incluyen las referencias, el siglario y el directorio institucional.

Finalmente, cabe mencionar que el trabajo de actualización del Plan se realizó con base en una visión sistémica, integral y transversal. En su elaboración se consideraron y atendieron todas las valiosas observaciones y recomendaciones que la sociedad y nuestra comunidad realizó, elaboró, presentó y entregó con tal propósito.

Con este ejercicio confiamos que el Plan, en articulación con los otros instrumentos de planeación estratégica que hemos diseñado, dará respuesta a las necesidades educativas presentes y futuras, así como a los retos y desafíos globales, nacionales y locales que demanda el siglo XXI.